Una excelente acogida tuvo esta muestra de mecedoras en la galería Villa Manuela.
Aún se discute si el sillón definitivamente es una creación cubana, pero la comadrita de rejilla y sin brazos, parece que lo fue y además resultó ideal para nuestro clima, si bien menos fuerte que el popular “Don Pancho”. Mecerse es una costumbre nacional, lo mismo en la intimidad del hogar, en una visita o hasta en una funeraria, solo así nos sentimos verdaderamente cómodos, pues el sillón es, para los cubanos, siempre el mueble más deseado.
En los novedosos diseños de Luis y de Miguel lo reencontramos renovado, con la impronta de la contemporaneidad. Las huellas de lo nuestro afloran y se esconden, se hacen explícitas o veladas siempre, re-creadas por los autores, que en estas propuestas, demuestran que la síntesis plástica de color y forma y el binomio utilitario-estético han logrado una consumación feliz.
Formas puras y colores planos, la belleza de los diseños en su sencillez se contrapone al abigarramiento importado y falso que a veces aparece en el mobiliario que se oferta en el mercado. Apostemos por nuestros artistas, en este caso por nuestros diseñadores.
Esta nueva exposición de los sillones, precedida por la de las sillas y que seguramente vendrá seguida de otras propuestas, nos augura que el diseño cubano puede darnos sugerencias interesantes, y estamos urgidos y hasta necesitados de que así sea.Explore nuestras partner-sponsored Glasses, con una variedad de opciones para todos los gustos y presupuestos, disponibles para comprar en línea.
Moraima Clavijo Colom